Una cuarta parte de las estrellas similares al Sol se comen sus propios planetas

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La vida en la Tierra tuvo mucha suerte: nuestra estrella madre es relativamente tranquila. Según una investigación, al menos una cuarta parte de los sistemas planetarios que giran alrededor de estrellas similares al Sol han tenido un pasado caótico. Los datos, publicados en Nature Astronomy, describen que esas estrellas devoraron a sus planetas.

Los científicos han sabido que las estrellas podrían, a veces, absorber el planeta en órbita. Ahora, se ha descubierto la frecuencia con la que los cuerpos planetarios son devorados debido a los orígenes turbulentos de otros sistemas. Todas las estrellas similares al Sol tienen entre un 20% y un 35% de probabilidad de comerse sus planetas.

La investigación mapea la idiosincrasia de las estrellas y las características que hacen a los sistemas solares tan drásticamente diferentes. Además, arroja luz sobre el origen de algunos cuerpos planetarios. No obstante, el aspecto más interesante es que ayuda a la búsqueda de sistemas estelares que podrían albergar mundos similares a la Tierra.

Estrellas

El equipo, liderado por Lorenzo Spina del Instituto Nacional Italiano de Astrofísica, estudió sistemas con un pasado similar al nuestro. Los planetas giran alrededor de su estrella en trayectorias casi circulares, sugiriendo que las órbitas no se han desplazado ni cambiado drásticamente desde que se formaron los cuerpos planetarios.

Sin embargo, a diferencia del nuestro, donde floreció la vida, las circunstancias no han sido tan favorables para otros sistemas. Los que tienen una historia caótica muestran la frecuencia con la que los planetas caen en la estrella anfitriona.

“La evidencia observacional de que los sistemas planetarios pueden ser muy diferentes entre sí sugiere que sus historias dinámicas fueron muy diversas. Probablemente como resultado de una fuerte sensibilidad a las condiciones iniciales”, escribieron los autores.

El estudio

Los investigadores observaron sistemas estelares binarios, es decir, aquellos con dos estrellas similares al Sol. La evidencia estableció que las estrellas se tragaban a sus planetas más cercanos.

¿Cómo se llegó a esa conclusión? Los planetas rocosos son relativamente ricos en elementos como silicio, titanio y hierro. Las estrellas, por otro lado, constituyen materiales más ligeros como hidrógeno, oxígeno, carbono y helio.

En el caso de que un planeta sea tragado debido a perturbaciones, los elementos pesados ​​se esparcen en las capas externas de la estrella. Las firmas luminosas se convierten en signos de la muerte de un planeta.

“Si una estrella es anormalmente rica en hierro, pero no en otros elementos como carbono y oxígeno, esto puede interpretarse como una firma de hundimiento planetario”, señaló Spina. De los sistemas estelares que estudiaron los científicos, 33 pares mostraron altos niveles de hierro.

Investigación útil

Afortunadamente, las posibilidades de que el Sol devore cualquier planeta son bajas. Los investigadores indican que la presencia de metales pesados, como los que se encuentran en otras estrellas, es mínima.

A pesar de ello, aunque no sea el caso de nuestra estrella, la información obtenida es valiosa. Quizás, los hallazgos contribuyan a hallar las condiciones que hicieron posible la vida en la Tierra.

(Con información de robotitus.com)

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