“Solo quería lavarse las manos”: Niño muere electrocutado, no tenía agua potable

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Argentina.- El barrio 28 de octubre en Ciudad Evita, Argentina se cubrió con la oscuridad que trae la noche dando como finalizado un lunes más, mientras una familia compuesta por papá, mamá y cuatro hermanitos se preparaba para la cena. La mamá había lavado las manos de los tres más pequeños, así que indicó al mayor, de seis años, que también se lavara.

Dos recipientes azules servían para recolectar el agua para el funcionamiento de aquella casa en la que vivían desde hacía un año, sin embargo eran demasiado altos para que el pequeño de seis años pudiera alcanzarlos, por lo que optó por lavarse las manos en el agua acumulada dentro del lavarropas, sin imaginar que seguía enchufado a una deficiente conexión eléctrica.

El menor metió sus manitas dentro del agua solo para ser recibido por una mortal descarga eléctrica que lo eyectó de su hogar, los vecinos trataron de ayudar reanimándolo y transportándolo rápidamente al hospital, pero el niño ya había fallecido de un paro cardiorrespiratorio.

Una vecina del lugar, Iris Aguayo, expresó a La Nación que siente una profunda impotencia, además de no poder sacarse de la cabeza las imágenes de la madre del menor y la desesperación con la que el dolor la invade por la pérdida de su hijo mayor. Afirmó que, como a todas las madres, en su cabeza solo se encuentra un seco y doloroso: “Podría haber sido mi hijo”.

El barrio 28 de octubre donde la familia vive, cuenta con 150 familias, aunque sólo una de las cuadras cuenta con conexión formal de electricidad, los demás habitantes tienen precarias conexiones, nadie cuenta con servicio de agua potable ni cloacas, solo cuentan con cuatro canillas comunitarias.

“A lo largo de estos años, hicimos todo tipo de reclamos para que el barrio se pudiera mejorar, pero nunca tuvimos respuesta. Los habitantes de los barrios populares también tenemos derecho a vivir bien. Esta familia había llegado al barrio hace un año más o menos. Antes alquilaban en otra parte, pero no pudieron seguir pagando el alquiler. El papá es cartonero y la mamá, vendedora ambulante. Los vecinos los ayudaban con el cuidado de los chicos mientras ellos salían a trabajar. Ahora tienen que llorar la pérdida de un hijo que solo quería lavarse las manos. No es justo”, se lamenta Aguayo.

Por su parte, la directora ejecutiva de Techo Argentina, organización que trabaja en el lugar, Florencia Drucker, afirmó que la pobreza es “una catástrofe que sucede diario” debido a los peligros en los barrios populares que no cuentan con servicios públicos

“La pérdida del menor es irreparable, incomprensible y por sobre todo, evitable. Nos duele en cada centímetro del cuerpo. Reiteramos el reclamo de la comunidad ante el Municipio de La Matanza para que se garanticen sus derechos. No podemos resignarnos a que millones de familias vivan así. No se puede esperar más. A un mes de las elecciones, este tipo de hechos deberían ser los que marquen la agenda pública. La urgencia es hoy, es ya”, concluye.

(Con información de Debate)

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