Un nuevo caso relacionado con las armas despertó la indignación en Estados Unidos.
El joven afroestadounidense Ralph Yarl, de 16 años, iba a recoger a sus hermanos pequeños en un barrio de Kansas City, estado de Misuri, cuando llamó a la puerta equivocada.
El dueño de la propiedad le disparó dos veces -en la cabeza y en un brazo- y el adolescente consiguió ir a pedir ayuda por sí mismo. Yarl fue hospitalizado en estado grave, pero ya recibió el alta y se recupera en casa.
El suceso ocurrió el jueves por la noche, y este lunes la fiscalía del condado de Clay, al que pertenece Kansas City, acusó formalmente a Andrew Lester, de 84 años, de dos delitos: agresión de primer grado y acción criminal armada.
El fiscal Zachary Thompson declaró en rueda de prensa que hubo un “componente racial” en el tiroteo.