La Vía Láctea se fusionó con otra galaxia hace 10.000 millones de años

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Se trata de la mejor evidencia hasta la fecha del momento en que nuestra galaxia se unió a otra galaxia satélite clave para nuestro futuro.

Un nuevo estudio desarrollado por la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos) y la Universidad de Birmingham (Reino Unido) ha definido de forma detallada el momento exacto en el que la Vía Láctea se integró con la galaxia satélite Gaia-Enceladus y cómo lo hizo. Un evento que tuvo lugar hace 10.000 millones de años, cuando ya contaba con la mayoría de sus estrellas.

El trabajo, publicado en la revista Nature Astronomy, pone sobre la mesa que la Vía Láctea, tal y como la conocemos hoy, se formó tras la colisión con una galaxia enana hace unos 10.000 millones de años pero la mayor parte de la galaxia ya estaba formada incluso en este momento tan temprano; es decir, “la Vía Láctea ya se había construido mucho antes de que ocurriera esta gran fusión”, afirman los autores.

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Según esta nueva evidencia, la Vía Láctea habría crecido mucho más rápido de lo que esperaban los astrónomos.

Al igual que otras galaxias espirales gigantes del universo, nuestra galaxia habría acumulado su masa al chocar y fusionarse con galaxias más pequeñas a lo largo del tiempo. Las estrellas de esas desafortunadas galaxias devoradas se mezclaron con la Vía Láctea; algo que dificulta descubrir cómo eran las galaxias antes de fusionarse.

Usando métodos relativamente nuevos en el campo astronómico (astrosismología), los investigadores pudieron identificar las edades más precisas posibles para una muestra de alrededor de un centenar de estrellas gigantes rojas de la galaxia.

La astrosismología es la única forma que tenemos de acceder a la parte interna de las estrellas”, comenta Josefina Montalbán, de la Facultad de Física y Astronomía de la Universidad de Birmingham en el Reino Unido y líder del proyecto.

El estudio también utilizó un estudio espectroscópico, llamado APOGEE, que proporciona la composición química de las estrellas. “Hemos demostrado el gran potencial de la astrosismología, en combinación con la espectroscopia, para determinar la edad de estrellas individuales”, aclara.

Con estos y otros datos, pudieron mostrar lo que estaba sucediendo cuando la Vía Láctea se fusionó con una galaxia satélite en órbita, conocida como Gaia-Enceladus, hace unos 10.000 millones de años.

“Se cree que el evento de fusión con Gaia-Enceladus es uno de los más importantes en la historia de la Vía Láctea, dando forma a cómo la observamos hoy”, continúa Montalbán.

Los resultados les permitieron concluir que un gran porcentaje de la composición estelar de nuestra galaxia ya estaba en su lugar antes de la fusión. Las edades de las estrellas provenientes de la galaxia “intrusa” eran muy similares a las de las propias estrellas de la Vía Láctea en el momento de la enorme colisión, aunque estas eran algo más jóvenes.

Además de confirmar la fecha de la fusión, el descubrimiento podría abrir una nueva investigación en torno a la conformación inicial de la Vía Láctea, que podría haberse desarrollado mucho más rápido de lo que se pensaba hasta ahora.

“Ahora tenemos la intención de aplicar este enfoque a muestras más grandes de estrellas e incluir características aún más sutiles de los espectros de frecuencia”, concluyen los autores. Poco a poco, nos acercamos a una visión mucho más nítida de la historia, evolución y ensamblaje de la Vía Láctea.

(Con información de Muy Interesante)

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