Bolivia, en Otoco una pequeña ciudad cercanana a Uyuni, una mujer indígena llamada Valentina Flores salió de su casa para guardar a unos animales en sus corrales.
Estos se encontraban a un kilómetro del lugar donde ella vivía. Al guardar las ovejas en el aprisco y regresando con las Llamas noto una extraña red hecha con un material parecido al plástico.
En su asombro pudo ver a un extraño ser de una estatura aproximada de un metro y diez centímetros, este se encontraba ocupado matando a las ovejas con un raro instrumento en forma de tubo con un garfio en su extremo.
Asustada pensando que se trataba de un cuatrero, comenzó a arrojar piedras, mientras el ser rápidamente se dirigió a un pequeño instrumento parecido a un radio, que moviendo un interruptor circular que tenía en lo alto esto absorbió la red al instante.
La Señora Flores, armada con un bichero, se acercó con intención de golpear al extraño pero este le ataco con la misma arma cortante que había utilizado para destripar a las ovejas.
Varias veces se le lanzo produciendo varios cortes en los brazos, los cuales por suerte no fueron serios.
Entonces el ser recogió con rapidez la maquina que había absorbido la red y así también una especie de bolsa en donde llevaba las entrañas de los animales.
De ambos lados de una especie de mochila que llevaba este inquietante ser, surgieron dos prolongaciones tubulares, las cuales llegaban hasta el suelo.
Ante el asombro pudo observar como este hizo un impresionante salto en el aire hasta desaparecer de su vista.
Los investigadores en el campo del fenómeno OVNI pudieron comprobar que 24 ovejas fueron asesinadas y descuartizadas y que pequeñas partes de sus aparatos digestivos habían sido extirpado.
El investigador y escritor de libros sobre OVNIS, J. J. Benitez hizo una intensa investigación del suceso, recaudando algunas de las pruebas del inquietante caso.
Aquí les dejo un link de su investigación:
https://www.planetabenitez.com/prensa/ummo04.htm
(Fuente: Archivos Bureau 2018)