Dos hombres “se enfrentaron” a un OVNI en Venezuela (Video)

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El 29 de noviembre de 1954, dos hombres, no solo vieron a un OVNI, sino que se enfrentaron a sus tripulantes en Petare, un barrio popular de Caracas, Venezuela

Entre las 2:00 y las 2:30 de la madrugada, Gustavo Gonzáles, un comerciante oriundo de La Habana, Cuba, de tan solo 25 años de edad, conducía su camioneta en compañía de su ayudante, José Ponce.

Ambos hombres se dirigían a uno de los tantos mercados mayoristas populares de la zona, con las calles desiertas debido a las tempranas horas.

Cuando conducían por la calle Bella Vista, notaron que algo estaba iluminando toda la zona. Al acercarse se dieron cuenta que un objeto esférico y metálico de unos 4 metros de diámetro les impedía el paso.

El OVNI estaba flotando a medio metro de altura, sin ningún tipo de apoyo o hélice. González detuvo el vehículo y ambos sujetos bajaron para observar que estaba sucediendo.

Ahí, frente al OVNI, había un ser de poco más de un metro de altura, cubierto de una especie de pelo oscuro y rígido. Los hombres describieron que sus «manos» eran cuatro garras largas y afiladas.

No sabía si su cabeza era totalmente redonda o si tenían un casco, ya que no pudieron ver orejas, nariz o boca. Pero si vieron un par de ojos grades, ovalados y brillantes que reflejaban la luz de los faros de su camioneta.

González fue el primero en moverse en dirección a la criatura, atrapándolo entre sus brazos para llevarlo al interior del vehículo.

La lucha contra los extraterrestres

Lo levantó del suelo y notó que este era sumamente liviano, de no más de 50 kilos de peso. Sin embargo, la fuerza que demostró aquel ser no era acorde a su tamaño y peso, pues de un solo empujón hizo que ambos hombres cayeran.

Cuando intentaron ponerse de pie sintieron una vibración en su cuerpo, además de la sensación de haber entrado en una especie de trance.

En un intento de defenderse, González sacó el cuchillo de exploración que siempre llevaba con él e intentó herir en el hombro a la criatura, pero la hoja no penetró.

En un momento notaron la presencia de dos extraterrestres más que venían hacia ellos; uno con una especie de linterna que los cegó por unos minutos.

En el transcurso de la lucha, José Ponce intentó armarse con cualquier cosa, por lo que tomó piedras que yacían a un lado de carretera. Sin embargo, y al ver lo que hacía el hombre, uno de los seres se introdujo de un salto en el OVNI, reapareciendo segundos después con otra criatura similar que sostenía una especie de tubo.

Con esto les disparó un haz de luz cegador que los inmovilizó y, segundos después, los seres habían vuelto a la nave.

Ponce ya se disponía a huir a una estación de policía y González se le unió, corriendo en dirección contraria.

La denuncia del suceso

Manuel Moreno y E. Domínguez fueron los oficiales que escucharon la denuncia de los hombres. Después de percatarse que ninguno estaba ebrio o mentalmente inestable, se sorprendieron ante los detalles de la historia.

González y Ponce fueron retenidos en la estación hasta que el dueño del mercado mayorista al que se dirigían los llamó. Cuando interrogaron al hombre, este indicó que conocía a ambos, además declaró que eran personas responsables que siempre llegaban puntuales.

También Gonzáles tenía rasguños y moretones en su cuerpo, signo inequívoco de lucha.

Al medio día, la Oficina de Prensa del Comando General de las Fuerzas de la Policía de Caracas informó que las declaraciones de ambos hombres habían sido tomadas.

El diario El Universal también publicó las declaraciones del dueño del mercado, quien volvió a afirmar que los hombres no estaban ebrios y eran responsables.

A las 3 de la tarde, Gonzáles fue llevado a la Estación de Emergencia de Esquina de Salas, donde se le revisaron sus heridas.

Para sorpresa de todos, los hombres no fueron los únicos testigos del suceso; varias personas denunciaron la presencia de una luz cegadora en la calle o sonidos extraños, como de explosiones.

También se denunció la presencia de un OVNI brillante sobrevolando la zona sin emitir ningún tipo de ruido.

Manuel María Soria, un vecino que vive a tan solo tres casas de donde sucedió el incidente, declaró que se disponía a irse las 2:30 de la madrugada, pero que cuando vio la luz cegadora, decidió devolverse.

El caso llegó a Estados Unidos gracias a Lorenzens, quien era el director del grupo ufológico APRO, que investigaron lo sucedido. Sin embargo, con el pasar de los años no se pudo aclarar nada. Solo existen los testimonios de los hombres que lucharon contra extraterrestres.

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