María tenía 23 años cuando decidió abortar.
Mientras esperaba en un centro de salud junto a otras chicas que se encontraban en su misma situación, dice que una médica le dijo a las enfermeras: “¿Cuándo aprenderán estas chicas a mantener las piernas cerradas?”.
Era una señal de lo que estaba por ocurrir.
María vive en Salta, una provincia conservadora en el noroeste de Argentina con un notable rechazo al aborto entre trabajadores de la salud, a pesar de que esta práctica se legalizó en 2020.
Al final, a María le dieron una pastilla para interrumpir su embarazo.