La hipótesis del paleocontacto es un concepto propuesto originalmente por Mathest M. Agrest, Henri Lhote, y otros académicos.
Normalmente es presentado en la literatura pseudo-científica y pseudo-histórica desde la década de los 60 por que los académicos de la línea tradicional de la historia no la aceptan.
Esta plantea la influencia de alienígenas avanzados en las sociedades primitivas.
El defensor más conocido de esta teoría es el escritor y teórico Erich von Däniken. Aunque la hipótesis del paleocontacto es sumamente plausible, no existen pruebas sustanciales que la confirmen.
Sin embargo, cuanto más se examinan ciertos sucesos específicos de la historia a detalle, es posible encontrar otras explicaciones más «exóticas».
Defensores del paleocontacto
Matest Mendelevich Agrest fue un etnólogo y matemático ruso que, en 1959, sugirió que algunos monumentos de civilizaciones antiguas se hicieron gracias al contacto con una raza extraterrestre.
Sus escritos, junto con los de otros expertos como el arqueólogo francés, Henri Lhote, proporcionan una base para el paleocontacto. Más tarde, esta teoría se popularizó y se publicó en los libros de Erich von Däniken.
Nació en Mogilev, Biolorrusia, se graduó de la Universidad de Leningrado en 1938 y recibió su Ph. D. en 1946. Asumió la dirección de Laboratorio Universitario en 1970 y se jubiló en 1992, emigrando a Estados Unidos.
Agrest sorprendió al mundo en 1959, cuando afirmó que la plataforma de Baalbek se hizo para propulsar naves espaciales.
También dijo que la destrucción de las ciudades bíblicas Sodoma y Gomorra fue producto de una explosión nuclear. Más tarde, estas ideas serían defendidas por su hijo, Mikhail Agrest.
Mikhail fue profesor del Departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Charleston, Carolina del Sur. Siguiendo la tradición de su padre, buscó explicaciones alternativas de ciertos hechos históricos.
Así interpretó que la explosión de Tunguska fue provocada por una nave extraterrestre. Idea secundada por Felix Siegel, del Instituto de Aviación de Moscú, quien declaró que el objeto hizo maniobras controladas antes de precipitarse.
La visión de Henri Lhote y Erich von Däniken
El escritor suizo es el autor de uno de los libros más famosos de la historia; El Carro de los Disoes, de 1969, donde promueve la idea del palecontacto.
Para los científicos convencionales, si bien la tesis básica sobre visitas extraterrestres no es inverosímil, la evidencia que von Däniken y otros reúnen como respaldo de sus hipótesis es «sospechosa e indisciplinada».
Pero las obras del escritor suizo han vendido millones de copias y dan testimonio de que muchas personas creen en una inteligencia superior proveniente del espacio.
Para los expertos, t cual como los libros de Adamski respondieron las necesidades de millones de personas en creer en una teoría extraterrestre en un momento de la guerra nuclear parecía inevitable, la obra de von Däniken parecen llenar un «vacío espiritual» con sus historia de los Antiguos Astronautas.
Henri Lhote fue un etnólogo e investigador francés que descubrió importantes grabados rupestres en Tassili-n-Ajera, en el Sahara central y escribió sobre ellos en el texto Search of Tassili, publicado en 1958.
La curiosa figura que aparece en el libro tiene grabado como nombre «Lot Jabbaren», o «el gran dios marciano».
A pesar de especialistas tradicionales aseguran que tanto esta, como tras imágenes extrañas represen a personas comunes usando disfraces, la prensa popular escribió mucho sobre esta hipótesis temprana de paleocontacto.
Más tarde, Erich von Däniken usaría este hallazgo para incluirlo como una prueba más en su obra.
Cómo estos letrados expertos, son cada vez más los especialistas que se unen en apoyo a la teoría del paleocontacto. Quizás, la única explicación posible del salto evolutivo que tuvo nuestra civilización.
(Con información de ufospain.es)