(VIDEO) El misterio del “Organismo 46 B”, el monstruo del lago Vostok

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Ya es un secreto a voces que bajo el hielo de la Antártida se esconde un mundo totalmente desconocido… especialmente bajo el Lago Vostok. Pero no deja de sorprender el relato de un investigador ruso, quien afirmó luchar contra una criatura del «organismo 46 B».

Una investigación soviética develó que bajo el lago Vostok existe vida desconocida, cosa que se ha mantenido en secreto. Una de ellas es conocida como el organismo 46-B y fue la causante de que un científico desertara.

La criatura del organismo 46 B de la Antártida

Anton Padalka perteneció a un equipo de investigación soviético en el lago Vostok. Desertó después de descubrir que el país quería usar militarmente un hallazgo hecho en la Antártida.

Padalka obtuvo refugio en Suiza después de evaluar una forma de vida desconocida en el lago Vostok. Según sus propias palabras, era un monstruo extraño y terrible conocido como el Organismo 46-B.

El primer día de la expedición, la criatura se encontró durante una inmersión de buceo que requería traje de neopreno de baja temperatura.

El organismo 46-B es una especie de pulpo enorme, aunque posee 14 brazos y no 8. Su apariencia se asemeja al pulpo de cristal, «vitreledonella richardi».

Sin embargo, esta criatura poseía una ventaja; un veneno ubicado en el saco que, normalmente, almacena tinta. Esta toxina es capaz de paralizar a más de 45 metros de distancia.

Estas características fueron confirmadas por el operador de radio y miembro de la expedición, Alexis Vindogradov. Había sido enviado para informar sobre la criatura, pero tanto él, como la radio, se perdieron.

46-B, al igual que el Mimic Octopus del Indo-Pacífico, tiene habilidades de camuflajes únicas. El Mimic se transforma físicamente en 15 animales acuáticos distintos; pez león, serpiente marina o medusa.

¿Una criatura prehistórica?

Padalka aseguró haber visto a la entidad transformada en algo similar a un buzo humano. Lo confundieron con un miembro del equipo que nadaba hacia ellos. El científico que estaba delante del grupo se convirtió en la segunda persona en perecer a manos de esta criatura, justo antes de percatarse que no era un buzo. Según las declaraciones del experto, lo hizo pedazos en minutos.

El jefe de la expedición, A. M. Yelagin, optó por atrapar al organismo en un tanque de muestras. La doctora María Kalashnik fue la encargada de «atraer» 46-B debido a su capacidad física de ex atleta profesional.

La trampa funcionó, pero una de las extremidades de la criatura alcanzó a Kalashnik, quien se vio obligada a defenderse con su hacha.

El científico declaró que, cuando pudieron sacarla de la superficie, la seguridad soviética la inmovilizó inmediatamente.

No existe ningún registro de la prensa internacional. La entrada del agujero por el que accedieron estaba sellada. Sin embargo, se cree que el gobierno ruso actual posee una muestra del veneno de la criatura para desarrollar armas.

¿Podría tratarse de un ser prehistórico? No lo sabemos. Como mencionamos, la única evidencia sobre el caso son las declaraciones del científico desertor Anton Padalka.

(Con información de ufospain.es)

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