(VIDEO) El Arca de la Alianza: «Hallada en Etiopía y robada años después»

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Hace años se creó un rumor sobre la localización del Arca de la Alianza gracias a una evidencia fotográfica. La persona que supuestamente la fotografió fue Giuseppe Claudio Infranca.

Infranca es arquitecto y profesor de restauración arquitectónica y arqueológica de la Universidad de Roma La Apienza, Palermo y del Politécnico de Bari, escribió un libro relatando su historia con el Arca de la Alianza.

El Arca de la Alianza en Etiopía

Durante una misión arqueológica en el Parque Obelisco de Aksum, fue invitado por el clero local para visitar el Santuario de Santa María de Sión. Esta estaba dañada por los bombardeos durante la guerra civil de Etiopía.

Durante esa visita, Infranca se introdujo secretamente en el Sanctasanctórum, donde encontró el Arca de la Alianza.

Estuvo en el lugar durante 15 minutos aproximadamente. Desde que entró, pudo ver la pieza de oro cubierta con un grueso manto de color rojo. También declaró que tocó el manto y percibió que era un tejido antiguo, grueso y pesado.

Además, minutos después de su ingreso, empezó a sentir un fuerte dolor de cabeza y un zumbido que se prolongó por varias horas. Sin embargo, fue sorprendido por un niño y un anciano que, al parecer, estaban a cargo de cuidar el lugar.

Para su suerte, consiguió tomar una fotografía antes de ser desalojado del lugar. Durante años mantuvo en secreto la historia y la evidencia.

La imagen muestra un ala en la parte superior del artefacto, la cual podría ser parte de los querubines que aparecen en todas las representaciones del Arca de la Alianza.

¿Cómo llegó el arca a ese lugar?

Un aspecto que siempre ha fascinado a los estudiosos de este hecho bíblico es que, según los escritos, quien se acerque al Arca o la toque, moriría o sufriría graves consecuencias.

Muchos investigadores plantearon que morían electrocutados o por radiación. Tal fue el caso de Ozias; en el Antiguo Testamento tomó el Arca con sus manos durante su transporte en la Ciudad Santa en un intento de evitar que se balanceara, muriendo en el acto.

Infranca relató que después del dolor de cabeza y el constante zumbido, fue al médico, el cual declaró que estuvo expuesto a ultrasonido. Es decir, a una onda acústica cuya frecuencia está por encima del umbral de audición del humano.

En el libro «El Arca de la Alianza – El tabernáculo de Dios – Diario de un descubrimiento», relató su experiencia.

En 1992, el escritor Graham Hancock publicó un texto extremadamente desconcertante. Años después de estudios e investigaciones de capo, dio a conocer una tradición etíope bastante peculiar. La historia se encuentra codificada en el antiguo libro sagrado Kebra Nagast.

El «Libro de la Gloria de los Reyes de Etiopía» es una crónica histórica de los reyes que  gobernaron la nación. Su genealogía se remonta hasta Menelik I, hijo del Rey Salomón y la Reina de Saba, y posee una serie de tradiciones sobre la monarquía etíope.

El texto cuenta como en el siglo XIV, Menelik robó el Arca de la Alianza del templo de su padre, apoyado por un grupo de judíos religiosos rebeldes.

El destino final de la reliquia estaría en la ciudad de Aksum, donde se ha mantenido hasta entonces en la iglesia de Santa María de Sión.

El misterioso robo

Sin embargo, en el 2014, una noticia la cual no pudo ser confirmada, se hizo viral en internet.

Abuna Mathias, patriarca de la iglesia Ortodoxa Etíope Tawahedo, anunció en noviembre de ese año que el Arca de la Alianza había sido robada del sótano de la iglesia.

Se dijo que se trató de una operación criminal llevada a cabo por 12 o 16 personas que llegaron en helicópteros militares negros. Aterrizaron a 500 metros de distancia y se cree, vino de Oriente.

Los hombres usaban trajes militares negros y se movían como una unidad de ejército coordinada. Poseían equipos de visión nocturna y tenían armas de gran calibre, superando las fuerzas de seguridad locales.

11 de los guardias del arca estaban armados con fusiles Kaláshnikov AK-47, fueron neutralizados por los delincuentes con granadas de alta tecnología que emitieron un tipo de gas adormecedor a base de opio.

Los delincuentes usaron martillos neumáticos y explosivos para ensanchar los pasillos en varios pasajes. Extrayendo así el cofre.

La operación se completó en menos de una hora. Un tiempo muy rápido tomando en cuenta la cantidad de obstáculos. Esta increíble eficiencia sugiere que los ladrones entrenaron precisamente para esta maniobra.

Esta noticia no se ha confirmado, por lo que no se puede asegurar que el Arca de la Alianza fue robada, pues tampoco existe confirmación de que alguna vez estuvo en Etiopía. Por ello, la reliquia bíblica sigue siendo todo un misterio.

(Con información de ufospain.es)

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