Las teorías conspirativas más extrañas sobre el hundimiento del Titanic

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El siglo pasado comenzaron a elaborarse teorías conspirativas sobre el hundimiento del Titanic para explicar la razón de la desgracia.

A última hora de la tarde del 14 de abril de 1912, el trasatlántico R.M.S. Titanic chocó contra un iceberg, lo que lo llevó a hundirse en las gélidas aguas del Atlántico Norte. En la tragedia murieron 1.517 de los 2.223 pasajeros y miembros de la tripulación que iban a bordo. A lo largo del siglo pasado la gente comenzó a elaborar teorías conspirativas sobre el hundimiento del Titanic para explicar la “verdadera” razón de una de las desgracias más famosas de la historia. Estas son algunas de las más populares y extrañas.

J.P. Morgan planeó el desastre para matar a sus rivales

Según esta teoría conspirativa sobre el hundimiento del Titanic, el millonario banquero J.P. Morgan planeó el desastre con el fin de matar a sus millonarios rivales Jacob Astor, Isidor Straus y Benjamin Guggenheim, que iban a bordo del barco.

Esta teoría comenzó a tomar mucha fuerza cuando se supo que Morgan planeaba viajar en el barco pero que de último momento decidió no hacerlo. Lo más controversial de este teoría es que no ofrece explicación alguna de cómo el banquero planeó el accidente ni de cómo se aseguró de que sus rivales fallecieran en él.

Por si fuera poco, la teoría afirma que Morgan quería matarlos porque se oponían a la creación de la Reserva Federal, aunque Astor y Guggenheim nunca se posicionaron al respecto y Straus en realidad la apoyaba.

La maldición de una momia que viajaba a bordo

William Stead, un editor británico creyente del espiritismo y que había pasado los últimos años afirmando que una momia maldita estaba causando una misteriosa destrucción y desastre en Londres, fue uno de los pasajeros que se hundió con el Titanic.

A bordo del Titanic, Stead contó su historia de la maldición de la momia a otros pasajeros. Tras el hundimiento del barco, un superviviente contó la historia de Stead al New York World, y los medios de comunicación la recogieron. Semanas después, The Washington Post publicó este titular: “El fantasma del Titanic: La venganza de la momia Hoodoo persiguió al hombre que escribió su historia”.

Algunas personas relacionaron la “maldición” con los artefactos egipcios que la superviviente (y heroína) Margaret Brown llevaba consigo en el Titanic para entregarlos a un museo de Denver. Otras versiones de la historia afirman que la momia maldita estaba a bordo del Titanic porque el Museo Británico la envió a un comprador estadounidense. Sin embargo, la momia sigue en el Museo Británico y nunca fue cargada en el barco.

Mensaje maldito: el número del barco decía “NO POPE” al revés

Los empleados católicos de Harland and Wolff, la empresa de Belfast que construyó el Titanic, estaban preocupados por el número del barco: 3909 04. Si se miraba con un espejo, el número parecía decir la frase “NO POPE”. Muchos vieron en este detalle una desgracia anticipada por el contenido blasfemo del mensaje.

Walter Lord, difunto historiador del Titanic, escribió que recibió cartas de personas de Irlanda que le transmitieron esta historia a partir de mediados de la década de 1950. Sin embargo, como señaló el propio historiador en su libro de 1986 The Night Lives On, no existía tal número en el Titanic.

En realidad, no hay sustento alguno en esta teoría. El número de casco pintado en el barco era el 401, el mismo que su número de astillero en Harland and Wolff, y su número de la Junta de Comercio era el 131.428.

Por otro lado, tampoco había trabajadores católicos en Harland and Wolff, pues la empresa los expulsó a finales del siglo XIX, y “en el siglo XX, Harland and Wolff tenía fama de emplear sólo a protestantes”, escribe la autora Annie Caulfield en Irish Blood, English Heart, Ulster Fry.

¿Conoces más teorías conspirativas sobre el hundimiento del Titanic?

(Con información de Muy Interesante)

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