Intentamos contactar a una civilización alienígena (salió mal)

Loading

En vez de esperar a ser contactados, hemos tomado la iniciativa y mandado más de una docena de mensajes dirigidos a posibles civilizaciones alienígenas.

Si piensas en un futurible primer contacto con alienígenas probablemente te imagines un escenario bastante pesimista en el que los extraterrestres son una especie muchísimo más inteligente que los seres humanos, con tecnología mucho más avanzada. Tanto, que han conseguido hacernos una visita a bordo de varias de sus avanzadas naves espaciales. Probablemente te imagines también que su único objetivo sería el de destruirnos o subyugarnos. Sobre cuáles serían sus objetivos poco puedo opinar. Sin embargo, dadas las distancias que separan a las estrellas dentro de una galaxia y a las galaxias entre sí, lo más probable es que ese primer contacto no se produzca cara a cara, en persona, sino a través de mensajes intercambiados a la velocidad de la luz.

La humanidad ha querido en este aspecto tomar una cierta iniciativa y no dedicarse simplemente a esperar la llegada de uno de estos mensajes interestelares, sino que hemos sido proactivos y hemos intentado iniciar esta comunicación. Hemos lanzado en las últimas décadas varios mensajes dirigidos a estrellas cercanas e incluso a cúmulos estelares lejanos, con la ingenua esperanza de que alguien los detecte al otro lado. También y por si acaso, hemos incluido algunos mensajes en sondas lanzadas hacia los confines del sistema solar.

En 1974 por ejemplo se emitió el conocido como Mensaje de Arecibo. Este mensaje concentraba en sus escasos 1679 bits información básica sobre la Tierra y los seres humanos. Este mensaje realmente fue más una muestra de nuestra capacidad para mandarlo que un intento real de contacto, pues se dirigió al cúmulo estelar M13, que contiene varios cientos de miles de estrellas, pero que está situado a unos 23000 años luz de nuestro planeta. Sin embargo, el mensaje enviado es tan elegante que vale la pena comentarlo.

El mensaje puede visualizarse en esta imagen, donde los diferentes colores se han usado para facilitar su visualización, pues cada cuadradito no sería más que un 1 o un 0 en su mensaje: señal o ausencia de señal. El mensaje empieza mostrando los números del 1 al 10 en base binaria. Esto les ayudaría a descifrar el resto del mensaje. A continuación, en morado, se muestran los números atómicos de los elementos hidrógeno, carbono, nitrógeno, oxígeno y fósforo, los elementos que componen nuestras moléculas de ADN. Si su biología es mínimamente similar a la nuestra, estos elementos también les resultarán familiares, aún cuando no se combinen formando idénticas estructuras.

El bloque verde muestra la composición química de los nucleótidos que forman las moléculas de ADN. Utilizando el mismo orden que antes, se muestra la cantidad de cada uno de estos elementos en cada molécula. La ristra blanca representa la cantidad de nucleótidos presentes en una molécula típica de ADN. Este número, que es de casi 4300 millones de pares de nucleótidos, es la mejor estimación que se tenía en 1974, ahora sabemos que el número real está más cerca de 3200 millones de pares de nucleótidos. En azul se muestra la estructura de la molécula de ADN, con forma de doble hélice. El siguiente bloque muestra la forma aproximada de un cuerpo humano y nuestra altura a la izquierda (14 veces la longitud de onda de la luz utilizada en el mensaje) y la población mundial al lanzarse el mensaje, que era de unos 4300 millones de humanos. En la actualidad esa cifra está muy cerca de los 8000 millones de personas.

La siguiente línea, pintada en amarillo, muestra los principales cuerpos del sistema solar (Plutón aún era considerado planeta) y destaca el tercer planeta desde el Sol, indicando que éste es el planeta que habitamos. Por último se muestra la forma y escala del telescopio utilizado para lanzar este mensaje: el radio telescopio de Arecibo, de 305 metros de diámetro y que estuvo activo desde 1963 al 2020.

Desde 1974 nuestra capacidad de emitir mensajes al espacio ha aumentado y mejorado. Muestra de eso es el mensaje “A Message from Earth” (Un mensaje desde la Tierra), emitido en 2008 en dirección a la estrella Gliese 581, situada a tan solo 20 años luz de distancia. Durante la transmisión se incluyeron 501 mensajes seleccionados entre el medio millón de entradas del concurso que se creó para decidir qué mandar. Gliese 581 es una enana roja, alrededor de la cual se han descubierto al menos 3 planetas (con 2 posibles planetas más aún por confirmar). El sistema recibirá el mensaje humano a principios de 2029. En caso de haber una civilización con la capacidad de recibir el mensaje y mandar una respuesta, ésta no nos alcanzaría hasta el año 2049.

Además de otros 10 mensajes similares mandados a estrellas cercanas o incluso a la estrella polar (situada a 433 años luz de distancia), también se incluyeron mensajes inscritos en discos metálicos en las sondas lanzadas durante los años 70 y dirigidas, en última instancia, al medio interestelar. Las sondas Pioneer incluyeron ambas una placa con un esquema de un hombre y una mujer, la posición del Sol con respecto a púlsares cercanos y un croquis del sistema solar y del recorrido de las sondas al salir de él. El disco dorado de las sondas Voyager contenía más información (además de incluir el mapa de púlsares). Estas sondas también incluían grabaciones de imágenes y sonidos. Incluyen saludos en 55 idiomas, sonidos de cantos de ballenas, sonidos de lluvia, de piezas musicales como cantos de tribus africanas o del amazonas, de los aborígenes australianos, música tradicional china, mexicana, búlgara y hasta música clásica. El primer movimiento de la V sinfonía de Beethoven está incluído. También Johnny B. Good, de Chuck Berry.

Estas sondas es poco probable que acaben en manos (o apéndices) de ningún alienígena. Y si lo hacen será dentro de mucho tiempo. La sonda Voyager 1 pasará a 1.6 años luz de distancia de la estrella Gliese 445 dentro de unos 40000 años. Sin embargo, construirlas y seleccionar qué incluir en ellas puede ser un buen ejercicio para decidir qué es importante para los humanos, como especie. Qué queremos mostrar al resto del universo, en caso de hacer contacto.

(Con información de Muy Interesante)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *