El día que un ‘ejército de muertos’ combatió a los alemanes en la Primera Guerra Mundial

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El 6 de agosto de 1915, el ejército alemán atacó la Fortaleza de Osowiec, iniciando de esa manera la historia de la ‘Batalla de los Muertos’.

La historia que sigue navega entre el mito y la realidad. De lo que no hay duda es que simboliza los horrores que se viven en las guerras y el infierno al que son sometidos los soldados obligados a combatir contra los enemigos. Esta es la historia de la batalla de la fortaleza de Osowiec, también conocida como la “Batalla de los muertos”. En ella, un grupo de “hombres muertos” salieron avantes ante el ejército alemán. Los hechos son los siguientes.

Hubo muchas batallas memorables en la Primera Guerra Mundial, conflicto armado en el que murieron unos 40 millones de soldados. Pero una de las más extrañas es sin duda la batalla de la fortaleza de Osowiec.

Todo comienza a principios de agosto de 1915 en la Fortaleza de Osowiec. Ésta fue construida por el Imperio Ruso en la actual Polonia de 1882 a 1892. El objetivo era que sirviera como punto defensivo de Rusia frente al ejército alemán, a lo largo de la frontera occidental.

Alemania quería desesperadamente el control de la fortaleza de Osowiec, ubicada a menos de 50 km de la frontera con Prusia Oriental. Además de las ciénagas y pantanos que rodeaban la torre y que la dejaban aislada de los ataques de los enemigos, había otro elemento: la línea ferroviaria Belostok-Lyck-Königsberg, que pasaba por la fortaleza y también podía cruzar el río Biebrza.

Tras dos intentos de ataque fallidos, los alemanes, bajo el mando del mariscal de campo von Hindenburg, regresaron a la fortaleza de Osowiec a finales de julio de 1915 para llevar a cabo otra ofensiva.

Los alemanes arribaron con decenas de batallones de infantería que llevaban consigo unos 30 cañones de asedio y un batallón de ingenieros de combate. Se dice que en total eran unos 7 mil soldados, listos para entrar en combate. La fortaleza era defendida tan solo por 900 soldados rusos.

Sin embargo, el arma secreta de los alemanes no eran sus solados, sino algo más letal: 30 contenedores de gas cloro.

Fue el 22 de abril de 1915 cuando los alemanes dispararon más de 150 toneladas de este gas contra los franceses en la Segunda Batalla de Ypres, Bélgica. Los efectos fueron mortales. Con tal de conquistar la fortaleza de Osowiec, no dudaron en probar la misma estrategia.

En la madrugada del 6 de agosto de 1915, el ejército alemán comenzó a atacar con su artillería pesada. Cuando el viento les fue favorable, arrojaron sus 30 contenedores de gases de cloro y bromo. Después de algunos minutos, la fortaleza entera estaba cubierta por un enorme manto de gas maloliente.

¿Pero por qué el cloro y el bromo son gases tan letales?

El cloro es un gas amarillo verdoso que se encuentra de forma natural en el medio ambiente. Se utiliza en el agua potable y en los pesticidas. Sin embargo, una vez que entra en contacto con la piel o es inhalado por una persona, el producto reacciona rápidamente.

Lo que ocurre es que se descompone inmediatamente en ácido hipocloroso y clorhídrico cuando se disuelve en el agua (recordemos que el cuerpo humano está compuesto por un 60 a 70% de agua).

Cuando el gas entra en contacto con los ojos, provoca quemaduras ácidas y derrite el nervio óptico. Enseguida se producen náuseas, vómitos y perforaciones en el esófago, además de provocar un edema pulmonar (acumulación de líquido en los pulmones).

El otro gas utilizado en este ataque, el bromo, es un vapor de color rojo pardo que se encuentra de forma natural en el suelo y el agua. Al igual que el cloro, la cantidad de exposición al gas necesaria para ser letal en el organismo es muy pequeña.

El bromo quema la piel y causa lesiones y ampollas, hasta el grado de llegar a fundir la piel del cuerpo. Es absorbido por los pulmones y las membranas mucosas, llegando a causar una enorme acumulación de mucosidad en la nariz y la garganta. Respirar una gran cantidad de bromo corroe los pulmones, la tráquea, el riñón y el hígado.

Ruins of fortress in Osowiec, Podlasie, Poland

La defensa de los hombres muertos

Los rusos no se dejaron amedrentar por este ataque letal de los alemanes. Las crónicas dicen que hicieron todo por contener los efectos de los gases en sus cuerpos, incluso orinar sobre prendas de ropa y ponerlas en sus caras para no inhalar los gases.

Cuando el gas se disipó, los alemanes confiaron en que todo estaba listo para entrar a la fortaleza y tomarla. Pero lo que ocurrió no fue nada que hubieran esperado. Los soldados rusos emergieron de la fortaleza con severas heridas sobre sus cuerpos: escupían partes de sus pulmones y la piel se mostraba quemada y con colgajos de ella.

La visión de aquellos hombres que parecían muertos vivientes llenó de espanto a los alemanes. En su intento por huir de aquel aterrador momento, se provocó un caos que creo aun más confusión en los alemanes.

Vladimir Voronov, periodista ruso, hizo una descripción en 2009, durante el 95 aniversario del comienzo de la Primera Guerra Mundial, sobre este suceso:

“Cuando los alemanes se acercaron a las trincheras, una espesa niebla de color cloro los golpeó […]. Un contraataque de infantería rusa. La vista era aterradora: los soldados cargaron a bayoneta con la cara envuelta en harapos, con una tos terrible, escupiendo literalmente trozos de pulmón ensangrentados.

“Eran los restos de la 13ª Compañía […], poco más de 60 personas. Pero causaron tal horror en el enemigo que la infantería alemana se retiró entre pisotones. La batalla pasaría a ser conocida como el ataque de los muertos“.

Sabiendo que en algún momento los rusos tenían que morir debido a sus heridas mortales, los alemanes aguardaron en las cercanías para después regresar y apoderarse, al fin, de la fortaleza de Osowiec.

¿La batalla de la fortaleza de Osowiec fue un episodio real?

Para algunos historiadores, el relato de lo ocurrido en la fortaleza de Osowiec es un episodio que guarda ciertos detalles que cabe aclarar.

Aleksandrovich Khmelkov, presente en la batalla, narra en su libro The struggle of Osovets, cómo ocurrieron los sucesos. Por ejemplo, no todos los rusos sufrieron los efectos de los gases, pues se dividieron en diversas zonas de los alrededores de la fortaleza. Quienes no estaban intoxicados con los gases intervinieron en la lucha, aunque sus esfuerzos no fueron suficientes para contrarrestar el ataque alemán.

Por otro lado, tampoco es cierto que los 7 mil alemanes hayan atacado al mismo tiempo. Al igual que los rusos, también se dividieron en regimientos para atacar diversos flancos de la fortaleza. Incluso algunos de ellos también fueron víctimas del propio ataque de los gases.

(Con información de Muy Interesante)

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